martes, 28 de septiembre de 2010

Raymond Kurzweil Biografía

. Biografía

1. 1. Infancia
Raymond Kurzweil creció en el distrito de Queens de la ciudad de Nueva York. Sus padres eran judíos que emigraron de Austria justo antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Se crió bajo la influencia del unitarismo universalista, lo que le expuso a una amplia diversidad de credos. Su padre era músico y compositor y su madre se dedicaba a las artes plásticas. Su tío, un ingeniero de Laboratorios Bell, le enseñó los fundamentos sobre ordenadores. En su juventud fue un ávido lector de libros de ciencia ficción. En 1963, a la edad de quince años, creó su primer programa de ordenador. Diseñado para procesar datos estadísticos, el programa fue usado por los investigadores de IBM. Más adelante, en el instituto, creo un sofisticado programa de reconocimiento de patrones que analizaba las obras de compositores clásicos y sintetizaba sus propias canciones en un estilo similar.

Sus aptitudes para la invención eran tan impresionantes que en 1965 fue invitado a un programa de televisión de la CBS, I've got a secret (Tengo un secreto), donde interpretó una pieza para piano que había sido compuesta por un ordenador que él mismo había construido. Más tarde, ese mismo año, gano el primer premio en la International Science Fair for the invention y obtuvo también un reconocimiento en la Westinghouse Talent Search, donde fue felicitado personalmente por el presidente Lyndon B. Johnson.

1. 2. Juventud
En 1968, durante su segundo año en el MIT, Kurzweil inició una empresa que usaba un programa de ordenador para identificar alumnos entre escuelas e institutos. El programa, llamado "Select College Consulting Program", fue diseñado por él mismo y comparaba miles de diferentes criterios sobre cada colegio con las respuestas a un cuestionario enviado por cada alumno. Cuando cumplió 20 años vendió la empresa a Harcourt, Brace & World por 100.000 dólares, más royalties.

En 1970 obtuvo su licenciatura en Ciencias de la Computación y Literatura en 1970 por el MIT.

En 1974 Kurzweil inició su empresa más ambiciosa, Kurzweil Computer Products, Inc., para buscar una tecnología que fuese capaz de enseñar a los ordenadores a reconocer caracteres impresos de una amplia variedad de fuentes. Así, Raymond y sus colegas crearon el primer OCR "omni-font" (para cualquier tipo de letra). La aplicación más interesante de esta tecnología era la capacidad que otorgaba a un ordenador para leer en voz alta un documento impreso a personas ciegas. Esta idea introdujo nuevos obstáculos en su empresa, pues en esa época no existían todavía ni escáneres para ordenador, ni sintetizadores de voz. Así pues, además del primer OCR completo, la empresa de Kurzweil desarrolló finalmente el primer escáner para ordenador y el primer sintetizador texto-a-voz que, combinados, se erigían en la primera máquina lectora de documentos impresos para ciegos.

El cantante Stevie Wonder se interesó por este invento de Kurzweil. Ambos entablaron una gran amistad que llevó a Kurzweil a realizar investigaciones en el campo de la música generada por ordenador.

En 1980 Kurzweil vendió la empresa Kurzweil Computer Products a Xerox, compañía que vio una oportunidad en estas tecnologías de volver al papel desde los medios electrónicos. Kurzweil siguió como consultor de Xerox hasta 1995. Kurzweil Computer Products llegó a ser una empresa subsidiaria de Xerox, conocida como ScanSoft durante mucho tiempo y ahora como Nuance. En la actualidad el OCR desarrollado por Kurzweil se llama Nuance Textbridge y ocupa una posición predominante en el mercado.

En 1982 de fundó Kurzweil Music Systems, a resultas de la idea de Stevie Wonder de usar los ordenadores para obtener sonidos similares a los interpretados con instrumentos tradicionales. Se inventó así en 1984 el sintetizador Kurzweil 250 (K250), primer instrumento por ordenador capaz de reproducir de forma realista el sonido de otros instrumentos de una orquesta[cita requerida]. Con él se realizaron tests en los que músicos profesionales se mostraron incapaces de distinguir el sonido emitido por el sintetizador del emitido por el instrumento real remedado.


1. 3. Madurez
Kurzweil también inició la empresa Kurzweil Applied Intelligence para el desarrollo del reconocimiento de voz por ordenador. En 1987 se lanzó al mercado el primer sistema de reconocimiento de voz. Esta tecnología tenía importantes aplicaciones médicas, siendo utilizada en la actualidad en el diez por ciento de las salas de urgencias en Estados Unidos[cita requerida].

En 1996 Kurzweil fundó su cuarta empresa, Kurzweil Educational Systems, que rápidamente ocupó una posición predominante en el campo de la tecnología texto-a-voz. La empresa obtuvo importantes beneficios, gran parte de los cuales se trasladaron a la fundación privada de Kurzweil, que fomenta tecnologías para la ayuda a escolares ciegos.

Durante los 90 Ray Kurzweil fundó la Medical Learning Company. [7] Los productos de la compañía incluían un programa educativo de ordenador interactivo para doctores y un paciente simulado por ordenador. Alrededor de esa época, Kurzweil empezó KurzweilCyberArt.com, un sitio web que desarrolla programas de asistencia a procesos artísticos creativos. El sitio ofrece la descarga gratis de un programa llamado AARON (un sintetizador visual de arte desarrollado por Harlod Cohen) y de "Kurzweil's Cybernetic Poet=, que automáticamente crea poesía. Durante este periodo también comenzó KurzweilAI.net, un sitio web enfocado a la presentación de noticias de desarrollos científicos, publicidad de ideas de alta tecnología, pensadores y críticos de ese estilo y promoción de discusiones relacionadas con el futurismo entre la pobación general, a través del forum Mind-X.

En 1999, Kurzweil creo un fondo de inversión libre llamado "FatKat" (Financial Accelerating Transactions from Kurzweil Adaptive Technologies, que en español sería "Transacciones Financieras Aceleradores de las Tecnologías Adaptativas de Kurzweil") [1], que salió al mercado en 2006. Kurzweil había establecido que su objetivo último era mejorar el desempeño del software de inversiones de FatKat A.I. y mejorar su habilidad para reconocer patrones en "las fluctuaciones monetarias y tendencias de los títulos de propiedad". [8] Kurzweil predice en su libro de 1999, La era de las máquinas espirituales, que los ordenadores demostrarán algún día ser superiores a las mejores mentes del mundo financiero para la toma de decisiones sobre inversiones rentables.

En 2001, la banda canadiense de rock Our Lady Peace publicó un álbum titulado Spiritual Machines ("Máquinas Espirituales"), basado en el libro de Kurzweil. La voz de Kurzweil aparece en el álbum, leyendo extractos de su libro.

En junio de 2005, Ray Kurzweil introdujo el K-NFB Reader, un dispositivo de bolsillo consistente en una cámara digital y una unidad de procesamiento. Como la Kurzweil Reading Machine, de hacía 30 años, el K-NFB Reader está diseñado para ayudar a los invidentes a leer en voz alta textos escritos. Esta nueva máquina es portátil y recoge el texto a través de imágenes digitales de la cámara integrada, mientras que el dispositivo antiguo era grande y necesitaba un escaneado del texto.

Ray Kurzweil está en la actualidad realizando una película que se estrenará en 2010 llamada "The Singularity is Near: A True Story About the Future" [9] (La singularidad está cerca: una historia real basada en el futuro) basada, en parte, en su libro de 2005 The Singularity Is Near. La película tiene partes de ficción y partes de no ficción. Kurzweil ha entrevistado para la misma a veinte grandes pensadores como Marvin Minsky y hay una línea narrativa que acompaña e ilustra algunas de las ideas, donde un avatar de ordenador (Ramona) salva el mundo de robots microscópicos autorreplicantes.

Además de la película de Kurzweil, se ha hecho un largometraje documental independiente sobre Ray, su vida y sus ideas, llamado Trascendent Man ("El hombre trascendente"). Los realizadores Barry y Felicia Ptolemy siguieron a Kurzweil, documentando su ruta global narrada. Estrenada en 2009, [9] . "El hombre trascendente" documenta la búsqueda de Ray para revelar a la humanidad su último destino y explora muchas de las ideas encontradas en su bestseller "La singularidad está cerca", incluyendo su concepto de crecimiento exponencial, expansión radical de la vida y como trascenderemos nuestra biología. Los Ptolemys han documentado que uno de los objetivos de Ray sería devolver la vida a su padre usando la Inteligencia Artificial. La película también documenta las críticas que se posicionan en contra de las predicciones de Kurzweil.

Kurzweil dijo durante una entrevista en 2006 que estaba trabajando en un nuevo libro centrado en el funcionamiento interno del cerebro y cómo esto podría aplicarse a la construcción de la IA.

Mientras fue entrevistado en febrero de 2009 para la revista Rolling Stone, Kurzweil dijo a su entrevistador, David Kushner, que deseaba construir una copia genética de su difunto padre, Frederic Kurzweil, a partir del ADN encontrado en su tumba. Este objetivo podría alcanzarse mediante el despliegue de varios nanorobots que enviarían muestras de ADN desde la tumba y construirían un clon de Frederic que podría recuperar recuerdos a partir de la mente de Ray

Kurzweil ha recibido muchos premios y reconocimientos, el principal de ellos, en 2002, es su ascenso al National Inventors Hall of Fame (Cuadro de honor de inventores nacionales), creado por la oficina de patentes de los Estados Unidos.

2. Pensamiento sobre futurismo y transhumanismo
La evolución según el transhumanismo.
Kurzweil comenzó a especular sobre el futuro cuando sólo era un niño, aunque fue más tarde, de adulto, cuando se involucró seriamente en la predicción exacta de eventos venideros. Kurzweil llegó a comprender que su éxito como inventor dependía en gran medida de una apropiada elección de los tiempos: sus nuevos inventos debían hacerse públicos sólo cuando muchas otras tecnologías de soporte les daban paso. Un dispositivo publicado demasiado pronto y sin un adecuado refinamiento, carecería de elementos clave para su funcionalidad; por el contrario, un dispositivo liberado demasiado tarde encontraría un mercado inundado de diferentes productos o consumidores ávidos por algo mejor.
Llegó a ser un imperativo para Kurzweil la comprensión de los ritmos y direcciones de los desarrollos tecnológicos. A lo largo de su vida adulta había mantenido un estrecho seguimiento de los avances en ordenadores y máquinas industriales y los había modelizado con precisión. Extrapolando tendencias pasadas al futuro, Kurzweil elaboró un método de predicción del curso del desarrollo tecnológico.
Después de varios años de un estrecho seguimiento de estas tendencias, Kurzweil llegó a una conclusión: la tasa de innovación en tecnologías de la computación crecía de un modo no lineal, sino exponencial. Como informático también comprendió que no había razón técnica para que este tipo de crecimiento no se mantuviera de ese modo en el siglo XXI.
En virtud de que el desarrollo en muchos campos de la ciencia y la tecnología depende de la potencia de los ordenadores, las mejoras en este ámbito se trasladan automáticamente en mejoras del conocimiento humano y otras ciencias sin relación directa con la computación, como la nanotecnología, la biotecnología y la ciencia de los materiales. Este crecimiento exponencial de las capacidades de los ordenadores daría lugar a nuevas tecnologías fantásticas, que estarían disponibles mucho antes de lo que la inmensa mayoría de la gente intuiría con sus expectativas habituales de crecimiento tecnológico lineal. "En el momento en el que un ámbito de la ciencia o la tecnología se convierte en información, se acelera y crece exponencialmente", [10] dice Kurzweil, que denomina a esta idea "ley de rendimientos acelerados".
Kurzweil predice que entre ahora y el 2050 la tecnología llegará a ser tan avanzada que los progresos en medicina permitirán a la gente ampliar radicalmente su esperanza de vida y la calidad de la misma. Los procesos de envejecimiento podrían en principio ralentizarse, más tarde detenerse y finalmente revertirse en cuanto esas nuevas tecnologías médicas estuvieran disponibles. Kurzweil sostiene que gran parte de esto será fruto de los avances en la nanotecnología médica, que permitirá que máquinas microscópicas viajen a lo largo de nuestro cuerpo reparando todo tipo de daños a nivel celular. Del mismo modo los avances tecnológicos en el mundo de los ordenadores darán lugar a máquinas cada vez más potentes, numerosas y baratas. Kurzweil predice que un ordenador pasará el test de Turing hacia el 2029, demostrando tener una mente (inteligencia, consciencia de sí mismo, riqueza emocional...) indistinguible de un ser humano. Este momento se ha denominado singularidad tecnológica. Kurzweil prevé que la primera inteligencia artificial será construida alrededor de una simulación por ordenador de un cerebro humano, lo que será posible gracias a un escáner guiado por nanobots. Una máquina dotada de inteligencia artificial podría realizar todas las tareas intelectuales humanas y sería emocional y autoconsciente. Kurzweil sostiene que esa IA llegará a ser, inevitablemente, más inteligente y poderosa que la de un ser humano. Sugiere que las IA mostrarán pensamiento moral y respeto a los humanos como sus ancestros. De acuerdo a sus predicciones, la línea entre humanos y máquinas se difuminará como parte de la evolución tecnológica. Los implantes cibernéticos mejorarán en gran medida al hombre, lo dotarán de nuevas habilidades físicas y cognitivas y le permitirán interactuar directamente con las máquinas.
Gracias a estas ideas Kurzweil ha alcanzado una posición predominante en el campo del futurismo y el transhumanismo como muestran los siguientes ejemplos:
En febrero de 2009 Kurzweil, en colaboración con Google y el NASA Ames Research Center, anunció la creación de la Universidad de la Singularidad. La misión de esta Universidad es: "montar, educar e inspirar un cuadro de líderes que se esfuercen en comprender y facilitar el desarrollo de tecnologías de avance exponencial, enfocar y guiar estas herramientas para dirigir los grandes retos de la humanidad". [11] Usando el concepto de singularidad de Kurzweil como base, la universidad planea proporcionar a sus alumnos las destrezas y herramientas para guiar el proceso de la singularidad "para el beneficio de la humanidad y su entorno".
El futurismo, como estudio filosófico o académico, mira a un futuro medio o largo plazo en un intento de hacer predicciones basadas en tendencias actuales. Sus predicciones están basadas en la "ley de rendimientos acelerados".


Raymond Kurzweil: La EvolucióN De La Web (Slideshare)

Raymond Kurzweil: En El Programa Redes (Video)

Biografía Edgar Morin

Biografía Edgar Morin
Su origen, su vida y su obra
Su origen, niñez y adolescencia:




Edgar Nahum nace en París, el 8 de Julio de 1921, bajo el seno de una familia de origen judío sefardí. Su padre, Vidal Nahum, nació en 1894 en Salónica (Grecia) y, posteriormente, se naturaliza francés. Su madre fue Luna Beressi, quien sufría de una seria lesión en el corazón que le prohibía tener hijos (hecho nunca revelado a su padre); debido a ello, el embarazo en el que se concibió a Edgar evoluciona en condiciones dramáticas y, consecuentemente, el parto fue bastante traumático y riesgoso, tanto para la madre como para el hijo.

Sus primeros diez años los pasa al lado de sus padres, pero cuando Luna Nahum, su madre, muere en 1931, Edgar pasa a ser criado por su padre y Corinne Beressi, su tía materna. Esta pérdida tiene un fuerte impacto en su infancia que dejará huellas indelebles durante el resto de su vida. A pesar de contar sólo con diez años de edad, Edgar trata de llenar el vacío que deja la partida de su madre con la literatura convirtiéndose así, tempranamente, en un gran lector que devora libros de las más variadas temáticas; se advierte que es este el origen más remoto de su espíritu autodidacta e investigador que le ha de caracterizar en el transcurso de su vida.

Su juventud, aficiones y estudios
Cuando cumplía apenas 19 años, caracterizado por un espíritu acucioso, irreverente y audaz, más por curiosidad y en busca de conocimiento, cursa estudios universitarios; pues, como lo narra él mismo años más tarde en sus obras, más que el interés por hacer una carrera, lo movía hacia la lectura, el cine, la música y la observación de la naturaleza y la sociedad, su deseo de aprender; con esta motivación se inscribe en “La Sorbonne”, matriculándose simultáneamente en la Facultad de Letras, en la de Derecho y en la Escuela de Ciencias Políticas. Es forzado a interrumpir sus exámenes en “La Sorbonne” cuando Francia es invadida por el ejército alemán. En Julio de 1940 huye a Toulouse, donde dedica su tiempo a actividades asistenciales como secretario de la Asociación de los Estudiantes Refugiados; frecuenta mucho la biblioteca municipal, donde lee, con avidez, todo lo que encuentra a su disposición; en 1942 se licenciará en “La Sorbonne” en Historia, Geografía y Derecho.

Se forma un auténtico luchador social
Cuando apenas cumplía 15 años, se compromete en acciones militantes en solidaridad con los anarquistas catalanes y participa en su primer asamblea política, un mitin trotskista en el muelle de Valm.

En esos años, entre los 17 y los 18, Edgar se adhiere a los Estudiantes Frontistas, liderados por Gastón Bergery, corriente política y filosófica que preconizaba un socialismo nacional y un rechazo a la guerra.

Durante los años 1941-1942 se interesa, cada vez más, por la Unión Soviética, participa en actividades callejeras y distribución de panfletos; finalmente, decide unirse al Partido Comunista Francés a finales de 1941.

De los 21 a los 23 años, Edgar se compromete y se envuelve, cada vez más, en actividades “subversivas”, en contra de la ocupación alemana a su país, por lo que decide cambiarse el apellido Nahum por “Morin” pues, las circunstancias imperantes le obligan a vivir una doble clandestinidad –como judío y comunista, actuando en el corazón de la Resistencia Francesa, como militante oculto del Partido Comunista y acechado por la GESTAPO.

En Agosto de 1944 participa en acciones de resistencia que culminarían en la Insurrección de París y, en 1945, es nombrado Teniente Coronel e incorporado al gobierno militar de la zona francesa de ocupación.

Durante esos años, de los 23 a los 30, Edgar Morin participa, decididamente, en las filas del Partido Comunista Francés; su espíritu crítico, su conciencia reflexiva y profundamente liberal lo hacen discrepar sobre cuestiones esenciales que lo llevan a denunciar, tempranamente, las¿ desviaciones y los excesos del estalinismo soviético; sus diferencias en relación a Tito, la Revolución China y el proceso Rajk; de tal manera que, en 1951, fue expulsado del Partido Comunista Francés; no obstante, dada su profunda formación pacifista y de compromiso social, continúa participando, fuertemente, en los Comités de Intelectuales por la Paz, contra la remilitarización de Alemania y contra la guerra en Argelia.

Su vida familiar
En 1945 se casa, en París, con Violette Chapellaubeau, socióloga, amiga de estudiante y compañera desde 1941. En ese tiempo se encontraba incorporado al Ejército Francés, del cual solicita su baja en 1946 para regresar con su esposa a París.

En 1948-1949, por causa del embarazo de Violette, la pareja se muda a Vanves, donde viven con muchas dificultades económicas. Violette da clases de filosofía fuera de París. En 1947 nace Iréne, la primera hija de la pareja y en 1948 la segunda, Véronique.

En 1963-1964 se casa con la artista plástica Joahnne, con la cual viaja varias veces a Brasil, país por el cual siente una profunda admiración y afecto. En Agosto de 1984 muere su padre a la edad de noventa y un años. Posteriormente, en 1989, con su hija Véronique Grappe-Nahum (historiadora en el EHESS) y Häim Vidal (estudioso de la cultura y de la lengua sefarditas) coproducirá un libro sobre su padre titulado “Vidal y los suyos”.

Su esposa Edwige L. Agnes con quien vive actualmente, es con quien, a sus 85 años, comparte su vida y sus aún pujantes ímpetus por continuar el camino hacia la metamorfosis social que se ha creado en su imaginario, como una vía para solventar los grandes problemas sociales y redimir la conciencia de la humanidad.

Su vida profesional
Luego de la liberación de Francia y el final de la guerra, intenta trabajar como editor en periódicos ligados al Partido Comunista Francés pero es tratado con desconfianza por su postura crítica; decide, entonces, alistarse como voluntario del primer ejército francés en Alemania.

Escribe su primer libro, “El año cero de Alemania”, en el cual narra un cuadro de la Alemania destruida de 1945-1946.

De 1946-1948 es contratado por el Ministerio de Trabajo para tomar cargo de un periódico destinado a los prisioneros de guerra alemanes en Francia; se convierte en redactor del quincenal “Patriote Résistant” de la “Federación Nacional de los Deportados Internos Residentes y Patriotas” y realiza trabajos para los periódicos “Action” y “Parallèlle 50”.

Emprende luego la escritura del libro “El hombre y la muerte”. Es en el proceso de este trabajo donde Morin formaría la base de su cultura transdisciplinar: geografía social, etnografía, prehistoria, psicología infantil, psicoanálisis, historia de las religiones, mitología, historia de las ideas, filosofía, entre otras.

En 1951, se postula para la Comisión de Sociología del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS).

Durante los años 1951-1957, en el CNRS escoge como tema de investigación la “Sociología del cine”, para dar continuidad a su investigación sobre “La realidad imaginaria del hombre” que había esbozado en “El hombre y la muerte”. Sus estudios socio-antropológicos sobre cine abarcarían dos libros: “El Cine o el hombre imaginario” (1956) y “Las estrellas: mito y seducción del cine” (1957).

Funda, en 1954, un comité contra la guerra en África del Norte y, en 1956, la revista “Argumentos”, dirigida por él hasta su último número, en 1962.

En 1957-1960 comienza con la redacción de su libro “Autocritique”, donde hace un primer balance de su vida y participación en el medio cultural y político de su tiempo.

En 1959 publica un manifiesto a favor de un nuevo cinéma vérité y, durante 1960, rueda la película “Chronique d’un été”.

Entre 1959-1960 contribuye a la fundación del Centre d’Études des Communications de Masses (CECMAS) en el marco de la VI Sección de la École Practique des Hautes Études (que en 1973 se convertirá en el CETSAS: Centre d’Études Trandisciplinaires: Sociologie, Anthropologie, Sémiologie). Junto con Georges Friedman y Roland Barthes, en el marco del CECMAS, funda, en 1962, la revista “Communications” (que dirigirá entre 1973 y 1990).

En 1961 frecuenta cursos en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Visita Bolivia, Perú y México. Este mismo año es nombrado Jefe de Investigación del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS).

En 1962 comienza a esbozar “La vida del sujeto”.

Durante los años 1963-1964 se une a Lefort y Castoriadis en el Centro de Investigaciones de Estudios Sociales y Políticos; aspiran a construir las bases de un pensamiento que pudiese dar cuenta de la invención, la creación y del sujeto. Escribe algunos artículos para “Le Monde”.

En los años 1965-1967, es invitado a participar en un gran proyecto de investigación multidisciplinario, financiado por la Delegación General de Investigación Científica y Técnica, en la comuna de Plozevet.

Ese mismo año, 1967, junto con Jaques Robin, Robert Buron y Henri Laborit, funda el Groupe des Dix, grupo de intercambios y de discusiones al que pertenecerá hasta 1975, en cuyo seno Henri Laborit y Jacques Salvan le muestran el carácter fecundo del pensamiento cibernético.

En 1968 Morin sustituye a Henri Lefébvre en la Universidad de Nanterre. Se involucra con las revueltas estudiantiles que empiezan a emerger en Francia. Escribe en “Le Monde”, del 17 al 21 de Mayo, una primera serie de artículos donde intenta comprender el sentido de aquello que llamó “La Comuna Estudiantil”. Viaja a Río de Janeiro para tomar un curso en la Universidad Candido Mendes. Retorna rápidamente para acompañar los acontecimientos en “La Sorbonne”. Publica una segunda serie de artículos en “Le Monde” sobre las revueltas estudiantiles a las cuales tituló “Una revolución sin rostro”. Regresa nuevamente a Brasil, donde también es testigo de las revueltas estudiantiles en San Pablo, Salvador y Fortaleza.

Durante los años 1969-1970, se extendió por Orleáns el rumor de que comerciantes judíos} secuestraban a mujeres jóvenes para enviarlas al extranjero como prostitutas. Con un equipo de investigadores, Morin escudriñó las fuentes del rumor, sus canales de difusión, los valores, los mitos y las obsesiones (antisemitismo) que les subyacían. Fruto de esta investigación fue su libro “La Rumeur d’ Orleáns” (Seuil, París, 1969).

Ese mismo año a instancias de John Hunt y del Premio Nobel Jaques Monod, es invitado por Jonas Salk al Salk Institute for Biological Studies (en La Jolla, California del Sur) para reflexionar sobre la relación entre biología y sociología las posibles consecuencias que la nueva revolución biológica podía tener en las ciencias sociales y humanas. Allí permanecerá varios meses entre 1969 y 1970.

Durante su estancia en Salk, descubre la “revolución biológica” que venía desarrollándose tras el descubrimiento por Crick y Watson de la estructura de doble hélice del código genético. Los estudios y las lecturas que allí realiza (entre ellas, el manuscrito de “El azar y la necesidad” de Monod), así como las conversaciones mantenidas con los investigadores del afamado instituto, suscitarán en Morin una auténtica reconversión teórica. Anthony Tilden le descubre a Gregory Bateson y le orienta hacia la Teoría General de Sistemas. Profundiza en la cibernética leyendo a Wiener y Bateson en la teoría de sistemas y en la teoría de la información. Se topa con la problemática y con el nuevo pensamiento ecológico que prosperaba en Berkeley; a partir de entonces, esta dimensión y esta visión serán incorporadas en su pensamiento.

A su regreso de California, para proseguir sus investigaciones, buscó un centro que no sólo posibilitase “los intercambios interdisciplinares entre ciencias biológicas y ciencias humanas”, sino que, además, favoreciese y desarrollase “un pensamiento verdaderamente transdisciplinar”. Con el apoyo de Jacques Monod, François Jacob, Salvatore Luria, Jonas Salk y Massimo Piattelli-Palmarini, lanzó el Centre Internacional d’ Études Bioanthropologiques et d’ Anthropologie Fondamentale (CIEBAF) que, acogido más tarde en la abadía de Royaumont, se convertirá en noviembre de 1972 en el Centre Royaumont pour les sciences de l’homme. Junto con Massimo Piattelli-Palmarini, biólogo molecular de formación, realiza diversos estudios y revisa, críticamente, su sistema de pensamiento.

A través de Henri Atlan se inicia en la teoría de los autómatas autorreproductores de John von Neumann en el principio del order from noise y en el “azar organizador” de Heinz Von Foerster, así como en las teorías de la auto - organización, lo que le lleva a entender la complejidad de las relaciones e interacciones entre el orden, el desorden y la organización. Lee a Michel Serres, Ilya Prigogine y René Thom.

Su pertenencia al Groupe des Dix (1968-1975), su estancia en el Salk Institute (1969-1970) y su labor en el Centre Internacional d’ Études Bioanthropologiques et d’ Anthropologie Fondamentale (CIEBAF) le permiten descubrir y adquirir conocimientos y conceptos nuevos con los que replantea sus preocupaciones intelectuales. Conocimientos y conceptos que proceden de distintos ámbitos, en especial de: la biología (Biología molecular, Genética, Etología), la teoría de sistemas (Ludwig Von Bertallanfy, los yearbooks de la General Systems Theory), la cibernética (Wiener, Ashby, Bateson), la teoría de la información (Weaver, Brillouin, Shannon), la tesis de Jean Ladriére sobre los límites del formalismo, las reflexiones de Husserl y Heidegger sobre la ciencia y la técnica, la termodinámica, los problemas epistemológicos de la complejidad y la problemática de la organización. Durante este periodo asimiló también los avances efectuados por la etología durante el decenio 1960-1970 y estudió, con interés, la obra “La société contre nature” de Serge Moscovici (1972). Una estancia en la Universidad Mac Gill de Montreal le permite profundizar en los self-organizing-systems. Queda “maravillado” por el texto de Gottard Gunther “Cybernetical ontology and transjunctional operations”.

De 1971-1973 Morin se inicia en el pensamiento de Heinz Von Foerster, en la teoría de la auto-organización; lee a Prygogine, Serres y René Thom. De este proceso de encuentros, concibe la idea de un libro que se llamaría más tarde “El Método”; aprovecha una estadía de tres meses en Nueva York para redactar su introducción general, además, lee a Bachelard, Gottard Gunther, Tarsky, Wittgenstein, Popper, Lakatos, Feyerabend y Holton.

En Septiembre de 1972, junto con Massimo Piattelli-Palmarini, organiza el Coloquio del Centre Royaumont sobre “La unidad del hombre: invariantes biológicas, universales y culturales”, en el que interviene. El evento reunió a biólogos, antropólogos, sociólogos, matemáticos, cibernéticos y, a pesar de la disparidad de enfoques, intentó situar al ser humano “como fenómeno total”.

Las ponencias y discusiones fueron publicadas en 1974 en un grueso libro (luego reeditado en tres volúmenes), coordinado por Morin y Piattelli-Palmarini, con el mismo título de dicho acto: “La unidad del hombre. El primate y el hombre”, (Barcelona, Argos Vergara, 1983).

El congreso reaviva sus deseos de elaborar una antropología general, ahora prestando especial atención a la “unidualidad del hombre”. Lo que en un principio iba a ser una comunicación para ese coloquio, medró hasta convertirse en el libro “El paradigma perdido”, publicado en 1973, (Barcelona, Kairós).

Ese mismo año, pasa a codirigir el Centre d’ Etudes Transdisciplinaires (Sociologie, Anthropologie, Historie) (CETSAH) de la École des Hautes Études Sociales, cargo que ejercerá hasta 1989 y comienza a concebir el proyecto de “El método” que será a la postre su obra más importante.

En 1990 comenzó a presidir el Comité del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) sobre Sciences et Citoyens, desde donde intenta llevar a la práctica su idea de una “democracia cognitiva”, bajo los principios de que los conocimientos científicos deben difundirse entre los ciudadanos, pues la ciudadanía requiere de ellos para esclarecer sus decisiones ético-políticas y ejercer con plenitud sus derechos.

Durante 1997-1998 es invitado, por el Ministerio de Educación de Francia, para presentar un plan de sugerencias y propuestas para una reforma educativa en el país.

Durante 1998 presidió el Consejo científico creado por el ministro Claude Allégre para reflexionar sobre la reforma de los saberes en los institutos.

En septiembre de 1998 organiza el Primer Congreso Interlatino por el Pensamiento Complejo.

En 1999 se crea la Cátedra Itinerante Edgar Morin para la enseñanza del Pensamiento Complejo auspiciada por la UNESCO.

En Julio de 2001 es Presidente de la Agencia de la Cultura Europea y la República de Francia.

En el 2002 es Director emérito del Centre National de la Recherche Scientifique en el cual participa activamente.




power point :edgar morin y los 7 saberes para la educacion del futuro

edgar morin: La complejidad del conocimiento y el problema de la educación en el siglo XXI

Introducción

La manera como la realidad es concebida y pensada genera consecuencias en la vida individual y social del sujeto. Prueba de ello es que las civilizaciones se organizan y actúan según una visión determinada. Desde sus orígenes, nos cuenta Berger (1996), todas las civilizaciones han mostrado un “núcleo intuitivo” o “impronta cultural” que constituye una visión, orientación, modos de obrar, de sentir, de comprender y de practicar sus conductas, “núcleo” que se instituye en las formas de organización política y económica, en los ritos y creencias, en los sistemas de pensar y de organización social.

Teniendo en cuenta lo expresado anteriormente y afirmando que el conocimiento es selectivo se entiende que la capacidad de selección y procesamiento de información se relaciona con una manera específica de entender la realidad social y de actuar sobre ella.

El conocer la realidad se relaciona con lo ético, lo estético y también con la vida. Sin embargo, cuando se conoce parcialmente, sin ver lo que “está tejido en conjunto” se puede olvidar o ignorar las consecuencias del propio conocimiento, dejando de lado la responsabilidad y la solidaridad, valores fundamentales para interactuar como sujeto social. Ciurana (1999), siguiendo la línea de razonamiento de Morin considera que los “pensamientos parciales y mutilantes conducen a acciones parciales y mutilantes; un pensamiento unidimensional desemboca en un hombre unidimensional.” Y agrega que “el pensamiento mutilado no es inofensivo, desemboca tarde o temprano en acciones ciegas que ignoran aquello que ellas ignoran, actúa y retroactúa en la realidad social y conduce a acciones mutilantes que despedazan, cortan y suprimen en vivo el tejido social...”

El pensamiento simple, al parcelar los conocimientos, generó los mayores hallazgos de la historia con un progreso científico y tecnológico que permitió mejorar las condiciones de vida, pero también, ha generado los denominados “males modernos”, tales como la contaminación mundial, la degradación ecológica, el aumento en la desigualdad riqueza - pobreza, la amenaza termonuclear, las crisis de identidad cultural, etc., los cuales ponen en grave peligro la viabilidad de sobrevivir como especie humana y que por lo tanto no nos hace ver muy bien ya en los comienzos del siglo XXI.

A medida que transcurre el tiempo el uso del conocimiento ya no genera ganancias medidas en comodidad, calidad de vida, seguridad o bienestar, sino que provoca pérdidas. Comienza, entonces, una etapa destructiva pues esta pérdida le gana la carrera a la riqueza, la enfermedad a la salud, el desasosiego a la tranquilidad, la violencia a la paz. De modo que el hombre tropieza con sus avances, y los bienes lo perjudican más que lo que lo benefician.

Sagan (1998), ejemplificó algunos males de nuestro tiempo, imaginando a la especie humana “como un pueblo de 100 familias, 65 de las cuales eran analfabetas, 90 no hablaban inglés, 70 carecen de agua potable y 80 nunca han subido a un avión. De esas familias, siete son dueñas del 60% de la tierra, consumen el 80% de toda la energía disponible y gozan de todos los lujos, 60 se hacinan en el 10% de la superficie terrestre y sólo una cuenta con algún miembro que tenga educación universitaria.” Luego se cuestionaba: “Si, además, todo –el aire, el agua, el clima y la implacable luz del sol- va a peor, ¿cuál es nuestra responsabilidad común?.”

Motta (1999) considera que la mayoría de estos problemas, que se vinculan a nuestra calidad de vida, han entrado en un nivel de complejidad, interactividad y globalidad, que no pueden ser tratados reductivamente con modelos de percepción, organización o gestión de siglos anteriores. El ideal, entonces, es emplear nuevas visiones de entrelazamiento, nuevos conceptos y herramientas intelectuales que permitan dar respuestas a los desafíos de un mundo interdependiente, incierto y vulnerable.

Así, Ciurana (1999), opina que, pensar la realidad en forma compleja, sosteniendo su “unitas complex”, o sea, lo que la sociedad es, debe derivar en una nueva y explícita actuación en el mundo. Entonces, al aceptar que la sociedad es lo que el sujeto percibe, permite relativizar las concepciones que las distintas culturas, grupos sociales o individuos tienen de la realidad, y a su vez permite desarrollar actitudes de tolerancia y reconocimiento del pluralismo así como también de solidaridad hacia otras razas y pueblos.

En esta evolución hacia los cambios fundamentales de estilos de vida y de comportamientos, la educación juega un papel preponderante. Se la considera como “la fuerza del futuro”, pues constituye uno de los instrumentos más poderosos para realizar el cambio. Uno de los desafíos más difíciles consiste en modificar el pensamiento de manera que enfrente la complejidad creciente, la rapidez de los cambios y lo imprevisible que caracteriza al mundo. Para ello hay que reconsiderar la organización del conocimiento derribando las barreras tradicionales entre las disciplinas y volviendo a unir lo que hasta ahora ha estado separado. Entonces, es fundamental reformular las políticas y programas educativos a mediano y corto plazo para favorecer a las futuras generaciones.

Sobre la complejidad

Comprender la complejidad y aproximarse a un concepto de pensamiento complejo pasa necesariamente por una revisión de los aportes de Edgar Morin, investigador francés, precursor del denominado “paradigma de la complejidad”.

Es imprescindible el definir, como punto de partida, el término “complejidad”. El cual junto con el concepto “complejo” tiene una implicancia negativa, y que a su vez se asocia con el término “complicado”, de manera que los tres términos parecieran ser sinónimos.

En el “Diccionario de uso del español” de Maria Moliner (1966) se define:

“Complejo: complicado. Se aplica a un asunto en que hay que considerar muchos aspectos, por lo que no es fácil de comprender o resolver” .

Podemos afirmar, entonces, que lo comprensible es lo que se puede simplificar, reducir, comprimir en menos elementos. Si este es el uso ordinario del asunto se puede decir que este uso del término “complejidad” también se encuentra extendido en el ámbito científico asociando, otra vez, complejidad y complicación.

La complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado a pesar de lo cual se vislumbra el orden luchando contra el caos; y se la puede definir como un fenómeno cuantitativo, una cantidad extrema de interacciones e interferencias entre un número muy grande de unidades que comprende también incertidumbres, indeterminaciones y fenómenos aleatorios.

Por lo tanto, la complejidad se caracteriza por agitar las incertidumbres y revelar conexiones insospechadas entre lo uno y lo múltiple, de manera que es ínter conectividad, es lo multiverso, es el tejido en conjunto. Además, promueve la prudencia, el estar atento, el evitar la mediocridad y la trivialidad aparente de los determinismos.

La complejidad, según Morin (1995), significa básicamente que:

a) La amalgama de interacciones de un sistema es tal que no pueden concebirse sólo analíticamente, por lo que no tiene sentido proceder vía el conocimiento de variables aisladas para dar cuenta de un conjunto o subsistema complejo.
b) Los sistemas ocultan las constricciones y emergencias que permiten sus saltos cualitativos internos, lo que se opone a la visión clásica del avance evolutivo lineal.
c) Los sistemas complejos funcionan con una parte de incertidumbre, ruido o desorden, lo que se contrapone al modelo clásico que elimina estas consideraciones. Por ello afirmaba lúcidamente Ibáñez (1988): “La lógica del orden es la muerte por confinamiento”.

De la simplicidad y la complejidad

Morin (1996) dice que el conocimiento emplea la abstracción, pero, además, se construye en relación con el contexto movilizando todo lo que el individuo sabe del mundo. La comprensión de datos particulares sólo puede ser pertinente para los que ejercitan la inteligencia general y mueven sus conocimientos del conjunto en cada caso particular. Sin embargo, es imposible conocer todo acerca del mundo y de sus transformaciones.

El proceso de conocer tiene una versión simplificada cuyo paradigma se ha convertido en el dominante desde el siglo XVII. Dicho proceso se caracteriza por la construcción del conocimiento se concibe con base en el esquema clásico de tres elementos: sujeto, objeto y método. La separación de un sujeto que conoce y un objeto conocido que se registra a través de un método científico.

Este modelo de conocimiento, comenta Vilar (1997), tomo al pie de la letra el segundo "precepto" establecido por Descartes en su Discurso del método (1637): "dividir cada una de las dificultades" en el proceso de conocer, a fin de examinar cada dificultad "en tanto parcelas como sea posible y que se requiera para resolverlas mejor." El método, por tanto, enfatiza el análisis, la separación de lo que está junto, la simplificación de lo complejo, la reducción del conjunto.

Esta modalidad de construir el conocimiento, según Morin (1999), puede considerarse como un paradigma de la simplificación pues reduce el conocimiento de un todo a sus partes y restringe lo complejo a lo simple. Así, la inteligencia parcelada, compartimentada, disyuntiva, reduccionista, mutiladora, fragmenta lo complejo, unidimensionaliza lo multidimensional y genera, ante los problemas y situaciones que analiza, respuestas igualmente incompletas, e irresponsables.

Motta (2002) menciona que Bachelard considera que existe lo simplificado porque no somos capaces de comprender lo que existe en la realidad. De esta manera las ciencias construyen su objeto de estudio sacándolo de contexto, analizándolo desde una sola dimensión e incomunicando los saberes.

Podemos observar, en el siguiente cuadro algunas características de los paradigmas de la simplificación y la complejidad:

Paradigma de la simplificación
Paradigma de la complejidad
Reducción : de lo complejo a lo simple; del conjunto a lo elemental.
Inclusión : en lo complejo, el todo en la parte y la parte en el todo.

Rechazo : del desorden, de lo singular, de lo individual
Aceptación : del desorden, de lo singular, de lo individual

Disyunción : separación entre objetos y contexto; entre sujeto y objeto; entre saberes y disciplinas.
Unión : del objeto con su contexto; del sujeto con el objeto; articulación de saberes y disciplinas.


Morin (1994) afirma que la complejidad no es el opuesto a la simplicidad sino que él considera que se produce una unión de la simplicidad y la complejidad. Es decir, la complejidad “es la unión de los procesos de simplificación que implican selección, jerarquización, separación, reducción, con los otros contra-procesos que implican la comunicación, la articulación de aquello que está disociado y distinguido.”

Características del pensamiento complejo

Edgar Morin (1994) ofrece una primera aproximación a la complejidad afirmando que: "A primera vista la complejidad es un tejido (complexus: lo que está tejido en su conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. Al mirar con más atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico. Así es que la complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, de la ambigüedad, la incertidumbre... De allí la necesidad, para el conocimiento, de poner orden en los fenómenos rechazando el desorden, de descartar lo incierto, es decir, de seleccionar los elementos de orden y de certidumbre, de quitar la ambigüedad, clarificar, distinguir, jerarquizar... "

El pensamiento complejo está animado por una tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabado e incompleto de todo conocimiento. Es por ello que Morin siempre ha aspirado a un pensamiento multidimensional y nunca ha reducido la fuerza de la incertidumbre y la ambigüedad.

La complejidad es relación e inclusión, ni siquiera excluye la simplificación, sino que la integra como uno de los elementos del pensamiento complejo. Sin embrago, siendo multidimensional y englobadora, es abierta e inclausurable. Además, es incertidumbre, relación y apertura y en cuanto tal renuncia a un punto de vista único y absoluto desde el que dominar la realidad y el conocimiento. Por lo tanto, para el pensamiento complejo es fundamental conocer el conocimiento y las formas de conocer. En oposición al modo de pensar tradicional, que divide el campo de los conocimientos en disciplinas, el pensamiento complejo es un modo de religación (religare) Por lo tanto, está contra el aislamiento de los objetos de conocimiento; reponiéndolos en su contexto y de ser posible, en la globalidad a la que pertenecen.

Morin habla de los operadores del pensamiento que relacionan, y considera entre otros, el principio del bucle retroactivo. El concepto de retroacción (feedback) fue introducido por Wiener hacia 1949 al desarrollar su teoría cibernética. Morin ve en este concepto una revolución conceptual, ya que dicho concepto rompe la causalidad lineal al permitir concebir la paradoja de un sistema cuyo efecto repercute en la causa y la modifica. La causalidad retroactiva permite concebir la causalidad en bucle: la causalidad externa produce en el sistema una causalidad interna o endocausalidad que actúa sobre la primera. Un ejemplo lo aportan los animales homeotermos que reaccionan al frío exterior con una producción incrementada de calor interior; paradójicamente e el frío el que provoca el calor interior. Ello le da al organismo independencia frente al mundo externo, aunque siga experimentando sus efectos.

Morin también considera el bucle recursivo en donde la noción de regulación esta superada por la de autoproducción y auto-organización. La idea de bucle expresa retroacción, regulación, mantenimiento de la forma, es decir, el cerramiento de un sistema sobre sí mismo. La idea de bucle recursivo es más compleja, pues engloba el concepto de retroacción y le añade el concepto de ser, paradójicamente, fundamento para la producción de la propia organización. Se trata, entonces, de un proceso recursivo y generativo mediante el cual una organización activa produce los elementos y los efectos necesarios a su propia generación o existencia. La recursión aporta una dimensión lógica que, en términos de praxis organizacional, significa producción de si y re-generación.

Siguiendo con esta línea de pensamiento se puede afirmar que un sistema que se bucle a si mismo crea su propia autonomía. Esta idea permite comprender el fenómeno de la vida como sistema de organización activa capaz de auto-organizarse y, sobre todo, de auto-reorganizarse.

El principio de auto-organización (autonomía / dependencia) es por consiguiente un operador del pensamiento complejo. Este principio es válido para todo ser vivo que, para guardar su forma (perseverar en su ser), debe auto-producirse y autoorganizarse; gastando y sacando energía información y organización del ecosistema en donde existe. Dicho ser vivo debe concebirse como un ser auto-eco-organizador, ya que la autonomía es inesperable de la dependencia.

Otro operador que menciona es el de la idea sistemica u organizacional, que relaciona el conocimiento de las partes con el conocimiento del todo. El todo y las partes están organizados, relacionados de manera intrínseca. Esto muestra como toda organización hace surgir cualidades nuevas, que no existían en las partes aisladas y que son consideradas como las emergencias organizacionales. La concepción de estas emergencias es fundamental, si se quiere comprender la religación de las partes con el todo y del todo con las partes. La emergencia posee, como tal, virtud de acontecimiento y de irreductibilidad; es una cualidad nueva intrínseca que no se deja descomponer, y que no se deduce de los elementos anteriores. Luego, se impone como hecho: dato fenomenal que el entendimiento debe constatar de entrada. Esta idea se encuentra profundizada en otro operador del pensamiento complejo denominado principio hologramático; dicho principio considera que no solo las partes están en el todo, sino que el todo esta en el interior de las partes.

Finalmente, la idea dialógica permite relacionar temas antagonistas que están al límite de lo contradictorio. Lo que significa que dos principios, se unen sin que la dualidad se pierda en la unidad; de donde resulta la idea de "unidualidad" que Morin propone para algunos casos, (ejemplo: el hombre tiene un ser unidual ya que es un ser biológico y cultural). Por lo tanto, la dialógica es la complementariedad de los antagonismos.

Soto González y Morin (1999) opinan que la unidad de un ser, de un sistema complejo, o de una organización activa no es entendida por la lógica identitaria, ya que no solo hay diversidad en lo uno, sino también relatividad de lo uno, alteridad de lo uno, incertidumbres, ambigüedades, dualidades, escisiones, antagonismos. Hay que entender que lo uno es en realidad relativo con respecto a lo otro. No se le puede definir únicamente de manera intrínseca; necesita, para poder surgir, de su entorno y de su observador. Lo uno es pues complejo.

El problema del conocimiento y la educación

Todo conocimiento corre el riego del error y la ilusión. El error y la ilusión son los parásitos de la mente humana. Es así, dice Morin (1999) que la educación debe demostrar que no existe conocimiento que no se encuentre amenazado por el error o la ilusión. La teoría de la información muestra que hay un riesgo de error bajo el efecto de perturbaciones aleatorias o ruidos, en cualquier transmisión de información, en cualquier comunicación de mensajes.

El conocimiento humano es frágil y está expuesto a alucinaciones, a errores de percepción o de juicio, a perturbaciones y ruidos, a la influencia distorsionadora de los afectos, al imprinting de la propia cultura, al conformismo, etc.

Se puede pensar, por ejemplo que, despojando de afecto al conocimiento, se elimina el riesgo de error, pero también es cierto que el desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la afectividad. Por lo tanto, la afectividad puede oscurecer el conocimiento pero también puede fortalecerlo.

Generalmente, se considera que el conocimiento científico garantiza la detección de errores, pero ninguna teoría científica está inmunizada para siempre contra el error. Incluso hay teorías y doctrinas que protegen con apariencia intelectual sus propios errores.

La primera e ineludible tarea de la educación es enseñar un conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento, evitando la doble enajenación: la de la mente por sus ideas y la de las ideas por la mente. La búsqueda de la verdad exige reflexibilidad, crítica y corrección de errores. Pero, además, es necesario lograr una cierta convivencialidad con las propias ideas y con los propios mitos. El primer objetivo de la educación del futuro consistirá entonces en dotar a los alumnos de la capacidad para detectar y subsanar los errores e ilusiones del conocimiento y, al mismo tiempo, enseñarles a convivir con sus ideas, sin ser destruidos por ellas.

Morin (1999) distingue que ante el gran aluvión de información circulante es necesario discernir cuáles son las informaciones clave, mientras que ante el número ingente de problemas es necesario diferenciar los que son problemas clave. Sin duda, hay que seleccionar la información, los problemas y los significados pertinentes desvelando el contexto, lo global, lo multidimensional y la interacción compleja. Como consecuencia, la educación debe promover una "inteligencia general" apta para referirse al contexto, a lo global, a lo multidimensional y a la interacción compleja de los elementos. Esta inteligencia general se construye a partir de los conocimientos existentes y de la crítica de los mismos. Su configuración fundamental es la capacidad de plantear y de resolver problemas. Para ello, la inteligencia utiliza y combina todas las habilidades particulares. El conocimiento pertinente es siempre y al mismo tiempo general y particular.

Ante la masa informativa que inunda a la sociedad la unidad y la diversidad son dos perspectivas inseparables y fundamentales de la educación, de manera que la cultura en general no existe sino a través de las culturas.

Así, confirman Castañeda y Morin, la historia humana comenzó con una dispersión de todos los humanos hacia regiones que permanecieron durante milenios aisladas, produciendo una enorme diversidad de lenguas, religiones y culturas. En los tiempos modernos se ha producido la llamada “revolución tecnológica” que permitió volver a relacionar estas culturas, volver a unir lo disperso.

Sin embargo, lo inesperado se instala en las teorías e ideas pero estas carecen de una estructura para acoger lo nuevo; de modo que lo nuevo surge sin que se pueda predecir como se presentará, pero siempre hay que contar con lo inesperado. Ese es el instante preciso en el que hay revisar las teorías e ideas. Sin embargo, todas las sociedades creen que pueden perpetuarse en el tiempo por lo que en los siglos pasados se creyó que el futuro se conformaría de acuerdo con sus creencias e instituciones. El Imperio Romano, es el paradigma de esta seguridad de pervivir. De todos modos, cayó, como todos los imperios anteriores y posteriores. La cultura occidental dedicó varios siglos a tratar de explicar la caída de Roma y continuó refiriéndose a la época romana como una época ideal que había que recuperar. El siglo XX ha derruido totalmente la predictividad del futuro como extrapolación del presente y ha introducido vitalmente la incertidumbre sobre el futuro.

Hoy, nadie, dice Morin (1999) puede predecir el futuro del planeta. Todo lo que se puede hacer son proyecciones. Esto es aplicable para la historia, pero el destino de cada uno de nosotros conlleva también un grado de incertidumbre. El hombre dirige su vida personal y afectiva, y aunque sabe que va morir, no puede predecir el momento de su muerte. El destino humano siempre ha conllevado un alto grado de incertidumbre y la correspondiente necesidad de hacer frente a esta incertidumbre. Por este motivo el individuo debe aprender estrategias para enfrentarla, pero no estrategias que supongan que el medio es estable sino estrategias que permitan afrontar y modificar lo inesperado a medida que se encuentren nuevas informaciones. Así pues enfrentar las incertidumbres constituye un punto capital de la enseñanza.

Pero la incertidumbre no versa sólo sobre el futuro. Existe también la incertidumbre sobre la validez del conocimiento, y en especial la incertidumbre derivada de las propias decisiones. Morin (1999) continua comentando que una vez que se toma una decisión, empieza a funcionar el concepto de ecología de la acción, es decir, se desencadenan una serie de acciones y reacciones que afectan al sistema global y que no se pueden predecir. “La ecología de la acción es, en suma, tener en cuenta su propia complejidad, es decir, riesgo, azar, iniciativa, decisión, inesperado, imprevisto, conciencia de desviaciones y transformaciones”. Si bien se nos educo en un sistema de certezas, la educación para la incertidumbre es deficiente.

El conocimiento complejo afronta esa incertidumbre, esa inseparabilidad, y esas insuficiencias; por lo que ya no hay un fundamento único o último para el conocimiento, en un universo donde Caos, desordenes y azares nos obligan a negociar con las incertidumbres. Aunque el reconocimiento de no poder encontrar certidumbre allí donde no la hay, constituye ya de por sí una certidumbre.

La aceptación de la confusión puede convertirse en un medio para resistir a la simplificación mutiladora. Falta un método en el comienzo, pero se puede disponer de un a-método en el que la ignorancia, incertidumbre, confusión, se convierten en virtudes

La comprensión se ha tornado una necesidad crucial para el individuo. Por eso la educación tiene que abordarla de manera directa y en los dos sentidos:

a) la comprensión interpersonal e intergrupal y
b) la comprensión a escala planetaria.

Morin constató que la comunicación no implica comprensión. Ésta última siempre está amenazada por la incomprensión de los códigos éticos de los demás, de sus ritos y costumbres y de sus opciones políticas, lo que lleva a la confrontación de cosmovisiones incompatibles. Los grandes enemigos de la comprensión son el egoísmo, el etnocentrismo y el sociocentrismo. Enseñar la comprensión significa enseñar a no reducir el ser humano a una o varias de sus cualidades que son múltiples y complejas. Por ejemplo, impide la comprensión marcar a determinados grupos sólo con una etiqueta: sucios, ladrones, intolerantes. Positivamente, Morin ve las posibilidades de mejorar la comprensión mediante:
a) la apertura empática hacia los demás y
b) la tolerancia hacia las ideas y formas diferentes, mientras no atenten a la dignidad humana.

Morin (1999) dice que la verdadera comprensión exige establecer sociedades democráticas, fuera de las cuales no cabe ni tolerancia ni libertad para salir del cierre etnocéntrico. Por eso, la educación del futuro deberá asumir un compromiso sin fisuras por la democracia, porque no cabe una comprensión a escala planetaria entre pueblos y culturas más que en el marco de una democracia abierta.

Para Morin la educación consiste en poner en práctica los medios propios para asegurar la formación y el desarrollo de un ser humano; es decir, la enseñanza permite transmitir a un alumno conocimientos de modo que él los comprenda y asimile, empero, su alcance es limitado, pues sólo se restringe al aspecto cognitivo. Por eso, además, afirma que la enseñanza es un concepto insuficiente y la palabra educación es excesiva y carente a la vez, por lo que acuña el término de “enseñanza educativa”. La misión, entonces, de esa enseñanza educativa, va a ser el transmitir no el saber puro, sino una cultura que permita comprender nuestra condición humana y ayudarnos a vivir; a la vez que favorece un modo de pensar abierto y libre.

La educación en el siglo XXI

La educación participa de las contradicciones de fin de siglo e inicio del nuevo milenio. Por un lado, la sociedad observa los cambios trascendentes y acelerados propuestos por el desarrollo de la tecnología digital, la cual está transformando muchos aspectos de la vida de la gente. El comercio, los viajes y las comunicaciones a escala mundial amplían los horizontes culturales y cambian las pautas de competencia de las economías. En un reporte reciente de la Comisión Europea (2000) se afirma que, “la vida moderna ofrece nuevas oportunidades y opciones a los ciudadanos, pero también entraña mayores riesgos e incertidumbres. La gente tiene la libertad de adoptar diversos estilos de vida, pero también la responsabilidad de dar forma a sus propias vidas.” Sin embargo, las nuevas posibilidades que ofrece la educación no están disponibles para todos. Más bien, los procesos de mundialización o globalización económica parecen ahondar las diferencias.

Desde otra perspectiva, Morin (1999) afirma que la “hiperespecialización” impide ver lo global así como lo esencial y que los problemas nunca se presentan parcelados. Empero, la participación de las disciplinas hace imposible captar “lo que está tejido junto”, es decir lo complejo. El desafío de la globalidad es, pues, al mismo tiempo un desafío de complejidad. Desde la escuela elemental el niño aprende a aislar objetos (de su entorno), a separar disciplinas (antes que reconocer sus solidaridades), a desunir los problemas, más que unir y a integrar. Reducen lo complejo a lo simple. Así, estos niños pierden sus aptitudes naturales para contextualizar los saberes e integrarlos dentro de sus conjuntos, sin comprender que el conocimiento pertinente es aquel que es capaz de situar toda información en su contexto y si es posible, dentro del conjunto donde la misma se inscribe.

La sociedad enfrenta tres desafíos educativos: el cultural, que representa la desunión ente la cultura de las humanidades y la cultura científica. El sociológico, porque la información es una materia prima que el conocimiento debe dominar e integrar y el pensamiento es el capital más precioso para el individuo y la sociedad. Y, finalmente el cívico ante la falta de una percepción global que conduce al debilitamiento del sentido de responsabilidad y solidaridad. Por tanto, existe en la sociedad un déficit democrático creciente debido a la apropiación por parte de los expertos, especialistas y técnicos, de un número creciente de problemas vitales. En tales circunstancias, el ciudadano pierde el derecho al conocimiento; sólo se le permite adquirir un saber especializado siguiendo los estudios apropiados, pero se ve desposeído, como ciudadano, de todo punto de vista globalizador y pertinente. El desafío educativo consiste en lograr que la reforma de la enseñanza conduzca a la reforma del pensamiento y este a su vez debe conducir a la reforma de la enseñanza.

La educación primaria tal como aún se la plantea, solo reprime las curiosidades naturales de los niños sobre conocer la naturaleza de las cosas, así, solo aprende a conocer la naturaleza humana desde la perspectiva biológica o cultural pero no como un todo integrado. En la escuela secundaria los adolescentes tendrían que adquirir la verdadera cultura, la que permite el diálogo entre las humanidades y la ciencia y no verlas como saberes parcializados sino integrados; para ello se debería reemplazar los programas de estudio por guías orientativas que permitieran a los profesores situar las disciplinas en los nuevos contextos: el Universo, la Tierra, la Vida y lo Humano. Finalmente, la universidad conserva, memoriza, integra, ritualiza, una herencia cultural de saberes, ideas y valores, contribuyendo a regenerarla, reexaminarla, actualizarla y transmitirla a fin de incorporar nuevos saberes, a enriquecer dicha herencia y que los alumnos incorporaran a su vida.

Conclusiones

La realidad como tal no es algo que esté fuera del sujeto, el cual sólo tiene que ir a tomarla allá afuera. Entonces, se va construyendo a partir de un conjunto de selecciones y clasificaciones que realiza el individuo. En este proceso tiene dos herramientas importantes, una es el lenguaje y la otra es el pensamiento. Sólo se puede ir construyendo el conocimiento, a partir tanto de las acciones mismas de la indagación, como de la indagación de quien indaga. El sujeto no está excluido del proceso de conocimiento, forma parte de él.

El mundo y la realidad que se percibe depende de la capacidad de percepción de quien percibe, de tal manera que se pueden percibir mundos y realidades diferentes. Por lo cual, nadie puede garantizar que su percepción sea la única, ni la mejor, ni la verdadera, sólo puede argumentar de por qué lo percibe así y no de otra manera.

El pensamiento complejo no es solamente establecer las acciones de investigación, sino a la vez, incluir en el proceso los conceptos claves y las relaciones lógicas que controlan al pensamiento, de tal forma que es un proceso investigativo esencialmente interdisciplinario.

La educación es, ante todo, una práctica social, un conjunto de acciones humanas. Una de las dificultades para poder hacer uso de los conocimientos científicos que aporta la sicología, la antropología y otras ciencias a la educación, ha estado en ver sólo elementos aislados de una realidad compleja. Conforme el hombre se acerque a la complejidad de la estructura y el sistema que opera cuando se piensa la educación, aportará conocimientos útiles que lo acerquen a la comprensión de lo educativo. La complejidad de lo educativo rebasa ampliamente cualquier visión disciplinaria; sino que consiste en la posibilidad de ver lo esencial de las relaciones en juego y el tipo y nivel de conocimientos que involucra.

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edgar morin : la complejidad y el sujeto humano

video de edgar morin : los 7 saberes para la educacion del futuro

martes, 21 de septiembre de 2010